El Grupo de Trabajo de Infancia de la Alianza Evangélica publica un Protocolo para la Protección Infantil. Conversamos con Javier Martín, uno de los impulsores del proyecto.

El Grupo de trabajo de Infancia (GTI) de la Alianza Evangélica Española ha presentado un Protocolo para la Protección Infantil. El documento pretende concienciar sobre la necesidad de atender a la protección y el cuidado de los menores en el entorno ministerial y eclesial, dando herramientas a las iglesias y entidades evangélicas para actuar en este sensible aspecto.

El documento ha sido elaborado por el equipo de GTI como respuesta a la inquietud que se estaba presentando en los últimos años en foros, talleres y otros espacios de formación y consulta en el entorno evangélico. Así lo explicó a Protestante Digital Javier Martín, presidente del grupo de trabajo integrado en la Alianza Evangélica Española, que junto a siete personas que integran el núcleo principal de trabajo del grupo, han elaborado este documento, que busca “acercarse lo máximo posible a la realidad de los niños, sus necesidades, y la forma en la que las iglesias y entidades evangélicas podemos responder”.

Un asunto urgente

Reconoce Javier Martín que así como la sociedad está cada vez más sensibilizada sobre la protección del menor, en el ámbito cristiano “aún nos queda por avanzar”. Por eso uno de los desafíos era proveer de recursos útiles y prácticos que, además de desarrollar un marco teórico, realicen propuestas y expliquen de qué forma implementarlas en este contexto.

La estadística muestra que en España hasta un 20% de los menores ha sufrido abuso

Por eso es que este documento aborda este asunto de forma directa, aportando definiciones básicas y estrategias que apuntan sobre todo a la prevención. “Hay formas sencillas de prevenir una buena proporción de estos abusos o maltratos” que lamentablemente se pueden dar en cualquier entorno.

“Encontramos que a veces es difícil tomar en serio este problema, porque hay una actitud de falsa seguridad”, advierte Javier Martín. “Pensamos que en las iglesias no va a haber abusos, pero lamentablemente ocurren. Se están reconociendo miles de casos en entornos eclesiales, y por eso es importante abordarlo, impidiendo que se sigan produciendo”. El tema de los abusos no es algo que haya “que reconocer, sino que hay que confrontar. Tenemos que estar en lucha”.

El protocolo se estructura en base a seis apartados: en el primero, se expone el concepto de abuso infantil y la definición de cada tipo de abuso; a continuación se exponen estrategias para la protección del menor. De forma más específica, se abordan temas como la protección de datos y la imagen del menor, el bullying y el ciberacoso, y finalmente se añade una guía para ministerios de infancia en períodos de crisis, con una especial mención a las circunstancias sobrevenidas por la pandemia del covid-19.

“Prevenir requiere un cambio de mentalidad”

Javier Martín lleva más de quince años impartiendo formación a entidades e iglesias acerca de esta problemática en contextos muy diversos. Con esta experiencia, afirma que aunque la labor preventiva “tiene su complejidad, no es difícil ni costosa”. Sin embargo, lo que más puede costar es cambiar la perspectiva.

“Hacer oídos sordos o negar el maltrato infantil perpetúa que crezcan en un entorno inseguro e insano”

“La dificultad está en dar el paso de entender la responsabilidad que tenemos de proteger y guiar, garantizando que en el ámbito eclesial y extraeclesial, somos responsables del desarrollo sano de los niños. Hacer oídos sordos o negar el maltrato infantil perpetúa que crezcan en un entorno inseguro e insano”, afirma Martín.

Covid, bullying y ciberacoso

El documento expone lo que vamos conociendo sobre la incidencia del covid-19 en los menores. Martín explica que los adolescentes son uno de los sectores de la población que más está sufriendo, sobre todo en lo referido al aspecto emocional.  “Se está viendo más ansiedad, depresión, agresividad en ellos, a partir de este contexto de pandemia”, dice Martín, y por ello, el protocolo propone estrategias de atención y acompañamiento para evitar que estas situaciones deriven en gravedad.

Además, se abunda en los riesgos del acoso y ciberacoso. Este último, explica Javier Martín, ha aumentado mucho con el confinamiento. “En situación de pandemia, se han multiplicado las horas que están pendientes de pantallas y de internet. Las posibilidades de maltrato se multiplican en este contexto”.

Para Javier Martín es importante que las iglesias y entidades evangélicas establezcan estrategias que minimicen el riesgo de acoso o abuso, y a la vez, que estén atentas y entrenadas para detectar si algún menor lo está sufriendo en otro entorno como el familiar o el educativo. “Debemos tener discernimiento para ir guiando y, ante todo, preservar la seguridad y la protección del niño, que es la prioridad”, concluye.

El Protocolo para la Protección Infantil se puede descargar de forma gratuita aquí.

Fuente: PROTESTANTE DIGITAL – Sociedad – “Es hora de confrontar el abuso y trabajar activamente en prevenirlo”