Recuerda siempre lo que Dios ha hecho
—«¿Por qué estás tan callado, papá?». Le dije que estaba preocupado porque no sabía si iba a poder cumplir con la fecha de entrega de un libro. A veces, los hijos no tienen idea de la profesión de sus papás.
—¿Acaso no has escrito otros libros? —me preguntó.
—Sí —le dije.
—¿Cuántos? En ese momento, la respuesta era quince.
—¿Alguna vez no has entregado un libro a tiempo?
—No —le contesté.
—¿Quiere decir que Dios ya te ha ayudado quince veces?
—Sí. Hice una mueca. Andrea sonaba como su mamá.
—Si él ya te ha ayudado en quince ocasiones, ¿no crees que te va ayudar en esta?
Recuerda siempre lo que Dios ha hecho. Registra sus logros en tu autobiografía. Capta este cruce en tu memoria. Antes de mirar hacia delante, hacia Jericó, mira hacia atrás, hacia el Jordán y lo que Dios hizo allí.
Satanás no puede recurrir a tu testimonio. Tu mejor arma contra sus ataques es una buena memoria.
¡Con todas las fuerzas de mi ser lo alabaré y recordaré todas sus bondades! Mi Dios me perdonó todo el mal que he hecho; me devolvió la salud, me libró de la muerte, ¡me llenó de amor y de ternura! Mi Dios me da siempre todo lo mejor; ¡me hace fuerte como las águilas! Mi Dios es un juez justo. (Sal 103.2–6 tla)
Crea en tu corazón una sala de trofeos. Cada vez que experimentes una victoria, coloca un recuerdo en el estante. Antes de hacer frente a un reto, haz un recorrido por los logros de Dios.
Mira todos los cheques de nómina que ha provisto, todas las bendiciones que ha concedido, todas las oraciones que ha contestado. Imita a David, el joven pastor. Antes de pelear contra Goliat, él recordó cómo Dios le había ayudado a matar a un león y a un oso (1 S 17.34–36). Le hizo frente a su futuro revisitando el pasado. No vayas a Jericó mientras no hayas recordado el Jordán
Fuente: https://www.masdelavida.com/recuerda-siempre-lo-que-dios-ha-hecho/